gatocan

hoy me acojo a ese dicho popular que tenéis los humanos para consolaros por vuestra eterna procrastinación de "más vale tarde que nunca" para rescatar del olvido este post, que lo tengo pendiente desde hace mucho tiempo ^_ el de cuando mamá se decidió, por fin, a ir a un refugio de animales! y le gustó tanto la experiencia que repetirá, seguro!

esta historia a lo mejor se os hace un poco larga, pero os prometo que vale la pena. todo empezó una bonita mañana de ver-... bueno, voy a ser honesta, bonita, bonita la mañana no fue porque al principio mamá no era simpatizante, que digamos, de esta asociación a la que terminó yendo a colaborar. su primer contacto con ellos fue un poco brusco... pero a veces hay que ponerse en la piel de los demás para entenderlo y es que la gente que trabaja en protectoras llega un momento que no puede más, tantas y tantas veces que tienen que decir que no, vivir tantos intentos de chantaje, tantas historias escalofriantes, que claro, luego nos quejamos cuando no nos cogen el teléfono con voz melosa.

había muchos gatitos!

pero dejando todo atrás, mamá se fue para allá con una asidua colaboradora del refugio y lo que se encontró superó todas sus expectativas; y es que en el refugio hay la friolera de 180 gatos! y si mamá no recuerda mal unos 60 perros (que vamos, fijo que se equivoca, conociéndola...).

ésta es una de las gateras

mamá no pudo sacar muy buenas fotos porque había mucho trabajo que hacer, pero más o menos se puede ver cómo era el refugio: tenían estas grandes gateras, con unos 30 ó 40 gatos por gatera, que estaban rodeadas de redes para que a ningún escapista se le diese por coger las de villadiego ^_ yo desde luego que pasaría, que la verdad es que tenía pinta de ser un sitio genial. cada gatera tenía una caseta dentro con montones de comida y agua, y un espacio para dormir, de noche sobretodo, porque las temperaturas bajan lo suyo. aunque yo no entenderé nunca por qué a alguno se le daba por dormir debajo de la caseta... hay gatos muy raros!

y de todos los tipos! de hecho, había una gatera exclusiva para gatos inmunodeficientes, y allí mamá vio a un viejo conocido de detrás de su calle, del mismo sitio de donde salió hiro. y claro, con mucho mejor aspecto que cuando pululaba entre los coches ^_

éste es garfield

y este es el gato amoroso bizcochito!

mamá se iba encariñando de muchos gatos, los había tremendamente sociables, como este, gardfield (evidente, no?) que te sigue a todas partes. había hasta un precioso persa que por su carácter no había quien lo adoptase; no me extraña, tenía una cara de roñica que no veáis y no se acercaba a ningún humano. supongo que a su aire sería feliz. y mamá, como siempre, enamorándose por ahí ¬_ ... si es que la envidia me corroe u_ . creo que el objetos de sus supiros esta vez se llamaba siam y era un gato que estaba un poco hecho polvo: le faltaba media oreja, andaba medio de lado, porque seguro que tenía mal la cadera (suponemos que de algún atropello) y además era un poco bizcochito. pero era la cosa más amorosa que había, según mamá, que ya se estaba imaginando en el sofá con él encima. claro que tuve que bajarla YO de la nube... si casi no puede con nosotras, que son muchos gastos... ains, si la dejase se volvería la loca de los gatos!

pero sigamos con el refugio ^_ el mejor momento del día para los gatetes es el sábado por la tarde, que toca premio; es decir, latita! y claro, todos dejan sus ocupaciones y se colocan en la puerta a la espera de que llegue la comida húmeda. hay que repartir entre muchos y no da para casi nada. a mamá le daba pena pensar que muchos gatos son muy miedosos y no se acercan aunque les vuelva locos la comida y habría que intentar repartirla, para que la probasen casi todos. me imagino a la pobre hiro, que no comería latita nunca. bueno, a lo mejor sí, que su miedo suele ser exclusivamente humano y no gatuno.

también había gatos escaladores, como éste ejemplar negro ^_  jijiji qué gracioso!

la verdad es que sí que parecía un buen lugar donde vivir, al menos, muchísimo mejor que la calle. pero yo prefiero estar en casa y supongo que la mayoría también lo preferiría... a ver si los humanos se animan a adoptar a gatos tan adorables como yo, que somos muchos! y necesitamos un hogar y muchos mimos. también los damos, eh? ^_

el gato volador!

a mamá le gustaría poder hacer mucho más de lo que hace, así que va invertir un poco más de tiempo e intentará ir una vez a la semana a limpiar casetas y reponer pienso y agua, dar las medicinas correspondientes y, de paso, a repartir mimos por ahí, que aunque la envida me corroe, en el fondo me hace estar orgullosa de ella ^_

aquí os dejo la información sobre este refugio, ¡se merecen un monumento!

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